Gasterópodos.
Los
gasterópodos, con una variedad de formas todavía mayor
que los
bivalvos, constituyen la clase de moluscos con más variantes,
siendo
los únicos entre los moluscos que penetraron incluso en el
hábitat de
la tierra firme y su empresa se vio coronada por el éxito.
El
manto, y por lo tanto la concha, crecen como en los
monoplacóforos a
partir de un primer foco dorsal en todas direcciones, dando lugar a una
concha en forma de cazuela que cubre al cuerpo blando por la parte
dorsal y que progresa en su crecimiento por los bordes con escaso
aumento del diámetro, por lo cual se origina una concha tubular:
La
concha rodea la masa visceral y sus diferentes órganos, por su
cara
ventral permite la salida al exterior de un musculoso pie reptante y de
la cabeza.
La
característica principal que permite distinguir a los
gasterópodos no
sólo de los monoplacóforos sino también de todos
los moluscos restantes
es que la masa visceral gira dentro de la concha apartándose de
la
parte formada por la cabeza y el pie, de tal manera que la cavidad
paleal (que primitivamente ocupaba (a posición posterior)
está ahora
situada delante, con la branquia directamente encima de la cabeza.
Ello
produce una permutación de derecha e izquierda: La branquia y
los
riñones, primitivamente en la derecha, y otros órganos
que
primitivamente estaban en la izquierda, se sitúan ahora todos en
la
derecha. Esto se evidencia en el cruzamiento de los cordones nerviosos
que unen los ganglios de la cabeza y del pie con los de la masa
visceral.
Mientras que los
monoplacóforos
y los restantes moluscos conservan la situación primitiva de la
cavidad
paleal y braquial en (a parte posterior, los gasterópodos, por
su giro
corporal, tienen branquia situada delante. En algunos grupos derivados
puede casi desaparecer el giro corporal, pero su organización
del
cuerpo blando atestigua que se trata de una mutación posterior.
La
configuración de la concha está en consonancia con su
constitución. Un
crecimiento de la concha acentuado en los bordes alrededor de la
cavidad braquial provoca un encorvamiento de la figura de cazuela,
dándole forma de cuerno, pero mientras en los
monoplacóforos la punta
de la concha está encorvada y dirigida hacia adelante, en los
gasterópodos en cambio la punta está dirigida hacia
atrás.
En
los gasterópodos la tendencia al crecimiento tubular se asocia
con un
giro espiral de la concha. Si el cuerpo blando gira exactamente
180°,
siempre dentro del plano de simetría, entonces tenemos
bilateralidad
externa en forma de espiral plana bilateral. Si el giro es incompleto o
si se sale del plano de simetría, entonces se produce un plano
espiral
sesgado con respecto al plano de simetría, generándose un
vuelco; el
resultado es que las espiras siguientes se salen del plano de
simetría
y nos encontramos ante un helicicono.
Normalmente
con giro a derechas: estando el ápice de la concha dirigido
hacia
arriba la abertura de la misma está situada a la derecha del eje
de las
espiras. Sólo en casos raros la espiral tiene giro a izquierdas:
Disponiendo la concha en igual posición la abertura de la misma
está
situada a la izquierda del eje de las espira.
La
punta de las espiras
helicoidales
se denomina ápice. El
número de
vueltas (espiras) es muy variable. Suele ser bajo cuando el
diámetro de
las espiras crece abruptamente, y será tanto más alto
cuanto más lento
sea el crecimiento del diámetro. El cono de espiras puede ser
alto
(turriforme) o bien cónico bajo, con pocas espiras
(troquiformel. Las
espiras pueden estar simplemente adosadas, pero también es
posible que
una espira envuelva en mayor o menor grado a la precedente.
En
este caso la espira final puede ser muy alta, con respecto al
diámetro
máximo de las espiras, convirtiéndose el conjunto en una
figura
fusiforme. La línea externa de unión de dos espiras
contiguas se llama
sutura. La cara externa de las espiras es el flanco. El eje de las
espiras puede ser hueco, cuando las espiras no se tocan interiormente;
en este caso, en la base de la concha aparece una abertura central,
denominada ombligo. En la mayor parte de los casos las espiras se tocan
interiormente y forman un eje espiral compacto, denominado huso o
columnilla, cuya superficie puede ser lisa o con pliegues espirales o
callosidades).
El
manto, y por lo tanto la concha, crecen como en los
monoplacóforos a
partir de un primer foco dorsal en todas direcciones, dando lugar a una
concha en forma de cazuela que cubre al cuerpo blando por la parte
dorsal y que progresa en su crecimiento por los bordes con escaso
aumento del diámetro, por lo cual se origina una concha tubular:
La
concha rodea la masa visceral y sus diferentes órganos, por su
cara
ventral permite la salida al exterior de un musculoso pie reptante y de
la cabeza.
Lo importante es la
configuración de la espina final y sobre todo, su desembocadura.
Esta
abertura puede tener borde liso, ininterrumpido, en cuyo caso el borde
es completo (holóstomo); o bien, puede tener una muesca delante,
en la
base de la espira, esta muesca de forma tubular interrumpe el borde de
la abertura (sifostomo). La parte externa de la desembocadura es el
labio externo, mientras que la cara que mira al eje espiral es el
interno.
También el extremo posterior de
la desembocadura puede disponer de labios interíor y
exteríor,
separados por una escotadura, llamada escotadura anal. La abertura
holostoma de los gasterópodos primitivos puede tener en el
centro una
escotadura vuelta hacia atrás en forma de ranura, llamada
escotadura
anal. Esta escotadura crece rezagada con respecto al peristoma (borde
de la abertura), por lo cual es reconocible por su estría de
crecimiento sobre el flanco de todas las espiras, que da lugar a una
zona de borde paralelos denominada selenizona.
La ornamentación de la cara externa de la
concha puede constar de
costillas, estrías, surcos, nódulos y espinas, los cuales
pueden tener
oríentación axial (la misma dirección que el eje
del huso) o espiral
(siguiendo el movimiento de las espiras). Si aparecen
simultáneamente
elementos axiales y espirales se produce un reticulado. La cara interna
de la concha es lisa por hallarse revestida de la capa nacarada. En
consecuencia los moldes rellenos nunca reproducen la cara externa, no
pudiendo ser identificados (lo cual sería importante desde el
punto de
vista sistemático). En el caso de moluscos que dispongan de
charnela,
ligamento, músculos aductores y línea paleal se dispone
ya de
referencias sobre la organización de su cuerpo blando.
No ocurre así con los
gasterópodos, en los que, aparte de la
desembocadura, no quedan huellas en la concha de la organización
del
cuerpo blando. Además los grupos más dispares presentan
configuraciones
de concha parecidas o incluso iguales, por lo cual a menudo apenas
resulta posible identificar claramente los gasterópodos
fósiles, sobre
todo si lo único de que se dispone es del molde relleno.